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Writer's pictureMoira Taddey

LA JUSTICIA SEGÚN DIOS


La justicia de los hombres es ciega, la justicia de Dios, todo lo ve.

El deseo de justicia surge de la necesidad de vivir en una sociedad en la que impere una cierta armonía, en la cual no haya situaciones de ABUSO y donde se imponga un EQUILIBRIO. Pero llevemos este anhelo a nuestra propia existencia, a nuestra vida... individualmente ¿somos justos?, o la creencia personal que tenemos sobre la justicia es relativa; si me gusta lo que pasa esta bien, si no me gusta... está mal. En esta relatividad se encuentran nuestros valores personales. Todo aquel que sea, piense y haga como YO, lo considero aceptable, sino NO!

No voy a hacer referencia a la justicia que conocemos, con sus leyes, estatutos, normas, etc. sino que hablaré, en esta ocasión de esa ley que corresponde a la JUSTICIA DE DIOS... La ley de causa y efecto, porque la Justicia Divina tiene un código muy especial y es que hace cumplir esta Ley a rajatabla; lo que haces a los demás, eso mismo sufrirás en carne propia. Conocen la "Ley del talión" (ojo por ojo, diente por diente)… bueno esto es la Ley de causa y efecto en acción, al igual que este dicho que habrán escuchado alguna vez, "al que a hierro mata a hierro muere".

Las leyes divinas, se cumplen en la tierra. Creo que todos hemos experimentado, en algún momento de nuestras vidas sus sentencias.

Vamos a ver cómo funciona "ser justos": en principio quiero que sepan que no tiene que ver con lo que hacemos, sino con lo que pensamos primeramente y la intención que impulsa ese pensamiento y lo lleva a plasmarlo en tu realidad como una acción. Por ejemplo si piensas que alguien te tiene entre ojos, esa es una percepción propia, tú eres su dueño; si persistes en pensar así, la intención en la que se cuece ese pensamiento cuenta... (si es una intención maliciosa, la idea de que alguien te tiene entre ojos, te hará sentir y percibir muy mal a esa persona... y pasará a ser el blanco de toda tu atención, tus malas vibras, es decir, pasaras a tenerla entre ojos tú; ¿se entiende? y obrarás en consecuencia, creyendo ser justo, si por el contrario eliges aceptar el pensamiento y dejarlos seguir, sin rumiarlo y agregarle la mala intención, estarás polarizando y convirtiendo toda posible realidad negativa en positiva ).

Según tus creencias, tendrás una idea de LA FÉ, yo la conozco, según mi creencia como , la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve... por eso digo siempre que AMO LA INCERTIDUMBRE, un camino solo para algunos lo sé.

Cuando sentimos Fe en una creencia, ya sea Dios, el universo, la madre tierra, etc. encontramos descanso espiritual, como cuando éramos niños y nos sentíamos protegidos por nuestros padres, hacíamos caso a lo que nos decían, creíamos en ellos sin juzgar, siendo humildes y mansos... Hoy día las personas que tienen estas características nos transmiten PAZ, esas personas viven conforme a la Fe en un poder superior y la tienen en su corazón anclada, su forma de vida refleja EQUILIBRIO, ARMONIA, aún en las tormentas.

Cuando no sabemos de LA Fe, y carecemos de un recto pensar, experimentamos el infierno en la tierra, depresión, ansiedad, falta de paz mental, ira, enojos continuos, odio, envidia, quejas, etc., para muchos el infierno hecho realidad.

Todo en esta vida se paga, no debemos juzgar, ni tener malos pensamientos sobre nadie, aún cuando nos están haciendo daño (sé que es muy difícil, pero debemos ser como niños), tener Fe en DIOS y en su justicia, porque si tu actúas según tú, ya no podrás apelar a su justicia, a que se aplique esta LEY DE CAUSA Y EFECTO, sino que la anulas automáticamente. TODO SE LE DEJA A DIOS, no elijas una vida de amargura, se prudente en tu manera de vivir, No maldigas aún cuando tengas razón... ¿Qué ganas?

si las haces, las pagas ¿se entiende?. Repara los daños que hayas hecho y págalos y el que te haga, te lo debe. Parece que perdiéramos siendo así, si lo vemos con orgullo... precisamente ahí radica el error cometido vez tras vez, un corazón orgulloso, endurece nuestro verdadero SER, Importa que Dios todo lo ve, y él pone solución a esa injusticia contra ti. Si vieras como actúa... entendería el temor de Dios, que quiere seamos como niños.

No colabores con las injusticias y pon en orden tus deudas , y recuerda que las deudas aumentan con la intención con las que se hicieron.

Replantéate si vale la pena vivir un infierno por lo que nos hicieron o están haciendo o creemos que nos están haciendo, o lo que hicimos, hacemos o creemos que podemos hacer ¡ojo! PIDE PERDON si es necesario, tus acciones, las mías y las de todos, tienen repercusiones buenas y malas (según como conocemos nosotros esta vida).

En resumen, apelar a la JUSTICIA DIVINA es buscar que un ser supremo o una fuerza trascendental intervenga en una situación injusta o desfavorable. Recuerda que esta expresión se basa en la creencia de que existe un poder superior que puede juzgar (nosotros No) y corregir las injusticias que los sistemas humanos no pueden resolver.

Cuando apelamos a la justicia divina, estamos pidiendo que se haga justicia desde una perspectiva más allá de las acciones humanas y que se restablezca el equilibrio en situaciones donde los recursos legales o sociales no son suficientes.

Es importante mencionar que la apelación a la justicia divina es una cuestión de fe y creencia personal. Algunas personas recurren a ella para encontrar consuelo o esperanza en momentos difíciles, confiando en que el ser supremo actuará de manera justa y mejorará una resolución adecuada.

Sin embargo, es fundamental tener en cuenta que apelar a la justicia divina no excluye la responsabilidad humana de buscar soluciones y tomar acciones concretas en la vida cotidiana, aquí es importante el RECTO PENSAR y recuerda siempre TU ELIGES. La creencia en la justicia divina no debe usarse como excusa para evitar enfrentar los desafíos o las consecuencias de nuestras propias decisiones.

MAS VALE PERDER EN LA TIERRA QUE EN EL CIELO, QUE DIOS SEA TU ABOGADO.


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