Les voy a presentar el panorama general de un trauma infantil y cómo influye en las relaciones interpersonales.
Voy a tomar el ejemplo hipotético del trauma en un niño/a y cómo lo vive en la edad adulta, el caso lo representaré con un padre abusador con su madre y como esta conducta abusiva influye en la formación de la perspectiva de un hijo/hija sobre el amor y las relaciones de pareja.
El impacto vivido en la psique de ese niño/a testigo de esos abusos, deja cicatrices emocionales o en su peor caso, heridas aún abiertas, en ambos casos, hay consecuencias y en muchas ocasiones las conductas tóxicas se normalizan.
El apego, basado en estas experiencias tempranas, tiene un papel importante; el miedo y la soledad que atraviesan estos niños mientras experimentan estas situaciones, hace que busquen y deseen seguridad en un adulto, buscarán familiaridad por encima de una relación sana. Considero la importancia de comprender el vínculo que existe entre el trauma y las relaciones de pareja por ejemplo.
¿Cuáles serían las señales de que un trauma influye en una relación de pareja?
Te sientes atraído por parejas controladoras o emocionalmente no disponibles
Dificultad para ver las señales de alerta
Sentimientos persistentes de incompetencia o indignidad
"No puedes dar o recibir lo que no se posee", comprender esto es la pieza inicial del rompecabezas para resolver de manera personal el trauma en este caso.
El vacío emocional que se intenta llenar con una relación es un error, la falta de amor propio conlleva a una particular forma de vivir la pareja, particular por el hecho de que puede que sea nociva para tu integridad humana; desde lo emocional, psíquico y hasta en el peor de los escenarios, físico. Lo peor de todo es que estos ciclos de incompetencia y abuso suelen repetirse a lo largo de la vida adulta, hasta tanto y en cuanto, se decida la persona a tratar el problema con un trabajo interior que romperá SI o Si con este ciclo.
Es importante que se comprenda, que quien no siente amor propio no puede darlo ni recibirlo, porque no lo reconocería... solo conoce lo que entiende como relación de pareja en función de lo experimentado.
Y es aquí donde entra en juego el poder de voluntad y decisión de la persona en cuestión de afrontar el desafío de aceptar que existe un problema a resolver, la búsqueda de ayuda externa en este proceso es crucial, a través de la terapia o la elección de un coach de vida se recomienda, para así dar pasos seguros hacia una meta segura.
Empoderarse como persona, trabajar en su propia independencia y autoestima, tomar como modelos a seguir parejas que se basan en el respeto mutuo (en todos sus sentidos), abrazar el crecimiento y el perdón son parte de este proceso de resolución de este problema que llamamos trauma emocional.
Entonces; sabemos que debemos en primer lugar, reconocer el trauma, pedir ayuda a un profesional, desarrollar autoconciencia y amor propio, redefinir el significado de AMOR y volvernos emocionalmente saludables a través del reconocimiento y de la elección "saludable" de relaciones.
Cicatrices emocionales que deja el ser testigo de abusos
Ser testigo de cómo un padre/madre es maltratado deja una impresión duradera. La hija/o suele internalizar estas experiencias, dejando profundas cicatrices emocionales. Puede crecer asociando el amor con el dolor, la manipulación o el control, cosa que distorsiona su comprensión de las relaciones saludables.
La teoría del apego, hablada anteriormente, destaca cómo las relaciones de la infancia con los cuidadores moldean las relaciones adultas. Un padre/madre abusivo puede fomentar patrones de apego ansiosos o evitativos, y es esto lo que lleva a la hija/o a buscar una validación constante o un desapego emocional.
Ni hablar de cuando el maltrato se convierte en la norma en el hogar, esto también puede normalizarse en las relaciones románticas. Ese hijo/a puede ver conductas no saludables (como acciones controladoras o agresión verbal) como expresiones típicas de amor, incluso si perjudican su bienestar.
Entendamos lo siguiente, hagan un esfuerzo y familiarícense con estos términos:
La mente subconsciente tiende a buscar lo familiar, incluso cuando no es saludable. Una hija/o que creció con un padre o madre abusivo podría buscar inconscientemente parejas con rasgos similares, en un intento de resolver conflictos no resueltos de su infancia. Repito... a "nivel subconsciente", la persona no se dá cuenta de esto.
¿Por qué lo familiar no siempre es saludable?: porque es común confundir familiaridad con compatibilidad. Una relación tóxica puede resultar “cómoda” porque refleja experiencias pasadas, aunque sean perjudiciales.
Una autoestima fuerte no se encuentra atravesando por estas experiencia y si le toca, el daño no es el mismo. La baja autoestima suele ser consecuencia de abusos o negligencia durante la infancia. Una hija/o puede elegir parejas que refuercen su sentimiento de inutilidad, perpetuando así un ciclo de dolor y decepción.
Existen señales de que un trauma está influyendo en un relación;
Se siente atraída/o por aquellos que reflejan los rasgos abusivos de su padre/madre.
Pasa por alto comportamientos poco saludables porque parecen “normales”.
Cree que no merece algo mejor, lo que lleva a conformarse con menos.
Romper el ciclo generacional del trauma requiere coraje, paciencia y autoconciencia. Al reconocer la influencia de la conducta de un padre/madre abusivo y abordar sus efectos, las y los hijos pueden redefinir sus estándares de relación y allanar el camino hacia relaciones saludables y satisfactorias. El camino es desafiante pero, en última instancia, gratificante, porque conduce a un futuro basado en el amor propio y el respeto mutuo.
Preguntas frecuentes
¿Ser testigo de un abuso puede afectar la salud mental de una persona a largo plazo? Sí, suele provocar ansiedad, depresión, baja autoestima y dificultad para entablar relaciones saludables.
¿Qué papel desempeñan los estilos de apego en la elección de pareja? Los estilos de apego, que se forman en la infancia, influyen en la forma en que las personas se conectan emocionalmente con los demás y pueden afectar la dinámica de las relaciones.
¿Cuáles son las formas prácticas de desarrollar el amor propio después de un trauma? Cuídese, busque terapia, practique la atención plena y desafíe las creencias negativas sobre uno mismo.
¿Es posible curarse por completo de un trauma infantil? Aunque las cicatrices pueden permanecer, es posible sanar y crear una vida plena con el apoyo y el esfuerzo adecuados.
¿Cómo puedo ayudar a un ser querido que lucha con estos patrones? Sea paciente, escuche sin juzgar, fomente la terapia y ofrezca apoyo emocional constante.
Pero ¿qué pasa cuando el trauma del abuso temprano moldea la atención del adulto hacia la víctima y rechaza una figura materna o paterna vulnerable?
Los traumas infantiles, especialmente los derivados del abuso, influyen profundamente en la forma en que las personas perciben las relaciones y construyen su identidad. Uno de los patrones más complejos es cuando un adulto que sufrió abusos en su niñez se obsesiona profundamente con las víctimas en sus relaciones, a menudo rechazando la imagen de una figura materna o paterna vulnerable.
Los niños que ven a un padre (con frecuencia la madre) impotente o incapaz de protegerlos durante un abuso pueden asociar la vulnerabilidad con el fracaso. Como adultos, pueden rechazar inconscientemente rasgos que les recuerden esa percepción de impotencia, como la empatía o la apertura.
La fijación en las víctimas, ya sea en relaciones románticas, sociales o profesionales, a menudo surge de una culpa no resuelta o de un deseo de "salvar" a otros como una forma de sanar sus propias heridas internas. Es un intento subconsciente de reescribir la historia de su infancia convirtiéndose en el protector que nunca tuvieron.
Para algunas personas, la incapacidad de la madre para poner fin al abuso les ha generado sentimientos de traición, ira o resentimiento y este rechazo emocional puede extenderse hasta la edad adulta y manifestarse como desdén por las cualidades asociadas con el cuidado o la dependencia, las niñas ya mujeres, pueden creerse incapacitadas para ser madre. Ese rechazo a la vulnerabilidad de los demás no es más que una forma de distanciarse de su propio dolor. En cambio, idealizan la fuerza y el control, lo que a menudo crea dinámicas desequilibradas o tóxicas en las relaciones y así construyen su identidad en torno al rechazo de las debilidades percibidas. Se esfuerzan por ser invulnerables, estoicas o excesivamente independientes, reprimiendo las emociones que les parecen inseguras o inmanejables.
Deben saber que este rechazo suele extenderse hacia el interior, y dificulta que la persona reconozca sus propias vulnerabilidades. Si no aborda estas emociones reprimidas, puede quedar atrapada en ciclos de autocrítica o evasión; y la autocrítica muy dura puede ser nociva para salud física.
Para concluir, quiero redefinir el concepto de Amor. Desde mi perspectiva personal, el amor no es solo una cuestión de sentimientos; es una acción, una elección y un compromiso. Requiere esfuerzo, comprensión y paciencia. El amor verdadero honra la individualidad y al mismo tiempo fomenta el crecimiento mutuo. No se trata de propiedad ni control, sino de apoyar la libertad de cada uno para florecer.
El amor saludable tiene sus raíces en la autoconciencia y el respeto por uno mismo. Comienza dentro de uno mismo, ya que no podemos amar verdaderamente a los demás sin amar y valorar quiénes somos. Cuando se redefine de esta manera, el amor se convierte en una fuerza de sanación, conexión y resiliencia, que enriquece todos los aspectos de la vida.
El amor es bondad en acción, un puerto seguro durante las tormentas de la vida y un vínculo que nos inspira a ser mejores juntos. No es perfecto, pero en su imperfección residen la autenticidad y la belleza de lo genuinamente humano. Hombre o mujer que lean este artículo, los invito a ingresar al interior de su propio ser y a mirar sin miedo y sin juzgar, a reconocer, aceptar y accionar si hay que perdonar y sanar... con amor.
MT
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